Pesca sostenible


La pesca sostenible tiene que ver con el futuro.

Concepto muy importante para los cánones ambientales actuales.

Significa, sobre todo, dejar en el mar una cantidad de peces suficientes para permitir su reproducción y no agredir al medio ambiente.

De esta manera, no desertificamos el mar, respetamos el hábitat y cuidamos la economía de todo el colectivo que vive de él, sin arriesgar las necesidades de generaciones venideras.

¡¡¡Cada día que pasa, nos preocupamos más por la procedencia de los alimentos que traemos a nuestra mesa!!!

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Más allá de una etiqueta comercial, conseguir que las capturas en la industria pesquera sean respetuosas con los ecosistemas y su capacidad de producción puede revertir en beneficios positivos tanto para el propio sector como para muchas comunidades locales, que dependen casi exclusivamente de esta actividad.

Veamos con detalle qué es la pesca sostenible y cómo ponerla en práctica.

¿Qué es la pesca sostenible?

La pesca sostenible es un modo de entender esta actividad como algo más racional. Consiste, de manera resumida, en dejar suficientes peces en el mar evitando el exceso de capturas. La idea es permitir que los bancos de peces y las poblaciones animales se recuperen de este impacto, se reproduzcan de manera suficiente y se renueven, para asegurar la supervivencia del sector y de las especies objetivo.

Para que la pesca sea sostenible es importante ponderar la estructura, productividad, función y diversidad de los ecosistemas marinos y sus hábitats.

Las capturas deben ser respetuosas con las comunidades animales,

minimizando los impactos sobre otras especies, evitando la pesca incidental sin valor comercial y defendiendo a aquellas que están protegidas o amenazadas.

A su vez, la pesquería ha de adaptarse a los cambios en el medio marino y cumplir con las leyes locales, nacionales e internacionales.

¿Por qué la necesitamos?

Ejercer la pesca sostenible es una forma de impulsar la continuidad de esta industria. En los últimos años, se ha popularizado el término

porque son precisamente las prácticas contrarias a estas

las que han llevado a una sobreexplotación de los caladeros

y a pérdida de biodiversidad que tiene consecuencias negativas en millones de personas en el mundo.

La ONU señala que hay flotas pesqueras que se tienen que desplazar, necesariamente, a cientos de kilómetros para echar sus redes en aguas más productivas.

Estos trayectos masivos conllevan problemas añadidos:

sobreexplotación de otros caladeros,

conflictos territoriales,

pérdida de capacidad de negociación de las comunidades locales frente a las grandes empresas del sector

y un aumento exacerbado de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las costas de África, en el océano Atlántico, Latinoamérica y el sur y el noreste de Asia son territorios muy degradados ambientalmente, donde no se prioriza el desarrollo de las poblaciones locales.

Todos estos condicionantes están llevando a un empobrecimiento de los mares,

falta de recursos en las flotas más humildes y a un aumento de la pesca ilegal,

que mueve millones de euros cada año.

Y por supuesto, a una degradación de los ecosistemas marinos que pone en riesgo la seguridad alimentaria a nivel global.

¿Por qué consumir pescado procedente de la pesca sostenible?

La responsabilidad de impulsar la pesca sostenible es de los estados,

pero la consumidora tiene una potente herramienta que puede ayudar a recuperar los recursos del mar.

Esta herramienta es demandar pescado de origen sostenible, priorizando la pesca de proximidad, en comercios y restaurantes.

Una acción muy eficaz para luchar contra la sobrepesca.

Otra acción que puede poner en marcha la consumidora es exigir la trazabilidad en los productos expuestos en el mostrador de nuestra pescadería favorita.

Un buen etiquetado mejora la transparencia y facilita información útil para comprar con conciencia ambiental, sin olvidar que la legalidad actual así lo demanda.

La pesca sostenible es selectiva

Tanto el pescado blanco, el pescado azul como los deliciosos mariscos, capturados a través de fórmulas más sostenibles,

tienen como objetivo primordial que esa pesca sea selectiva, es decir, que se atrapen aquellas especies de individuos que van a ofrecer un beneficio, pero sin poner en riesgo a las poblaciones objetivo.

La pesca debe realizarse a un nivel que permita su continuidad de manera definitiva. Las artes de pesca que promueven esa especificidad en las capturas acercan la consecución de ese objetivo.

La pesca sostenible protege a las generaciones futuras

Al final, el objetivo de entender la pesca como una actividad económica más racional, no tan ligada al beneficio económico inmediato, es una forma de proteger el futuro de esta industria.

Si las grandes compañías pesqueras esquilman los recursos alimenticios a nivel global, no solo están poniendo en riesgo la supervivencia de comunidades locales que se dedican a la pesca de proximidad, sino que están causando una incertidumbre muy acusada a las generaciones futuras.

No tenemos que olvidar que la Tierra no es un lugar con recursos infinitos.

De este modo, si no se garantiza la supervivencia de las especies y su desarrollo, quien más lo van a sufrir, son los siguientes pobladores del planeta, las generaciones futuras.

La pesca sostenible evita el despilfarro

Otro motivo que debe llevarnos a exigir pesca sostenible y de cercanía es evitar el despilfarro.

Un informe de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura,

revela que uno de cada tres pescados que fueron capturados alrededor del mundo, en 2018, nunca llegó a la consumidora.

No solamente estoy hablando del despilfarro.

También hablo del respeto que se merece una vida sacrificada para alimentarnos, que acaba en la basura.

Una pesca sostenible, racional y de cercanía ayuda a aportar futuro a esta industria,

es respetuosa con los ecosistemas y especies marinas

y contribuye a impulsar las pequeñas poblaciones locales.

El planeta Tierra no está en exclusiva para ser saqueada y explotada por los seres humanos.

Control científico de especies

Se han desarrollado soluciones mediante el uso de la tecnología, que contribuyen a la efectividad de la actividad pesquera con la pesca sostenible.

Anualmente se recogen datos en el mar para conocer el estado de las poblaciones marinas.

Se registran datos de nacimientos, muertes y migraciones.

De esta manera se establecen protocolos de actuación sobre las distintas especies.

Por esta razón se controlan la cantidad de individuos que pueden ser pescados de forma sostenible.

Cuando una población cuenta con suficientes individuos adultos

que permiten la reproducción y el mantenimiento de esta,

decimos que es una población apta para la pesca.

Para poder utilizar la denominación de pesca sostenible es fundamental, entre otras muchas cosas, casi anular el impacto sobre el fondo marino en el momento de la captura.

Acreditar una pesca sostenible

Existen diferentes certificaciones que acreditan una pesca sostenible, por ejemplo:

MSC – Marine Stewardship Council

Friend of the Sea

KRAV

Naturland

Certificaciones en el sector pesquero

Para conocer desde la especie, etiquetado y su proceso de obtención,

las autoridades competentes permanecen en alerta constante,

convirtiendo el pescado en uno de los elementos más vigilados

¡¡¡Pescar y mantener saludables los mares y océanos ES POSIBLE!!!

Protegiendo la biodiversidad protegemos a todo el conjunto de mares y océanos